jueves, 6 de octubre de 2016

XVII Conferencia Anual UC&CS - La nueva ruta de la seda


La nueva ruta de la seda

Por Gabriela Casas Cabrera

La “Nueva ruta de la Seda” o también llamada “Una franja, una ruta”, pretende beneficiar a 4 mil millones de personas, que equivale al 55% de la población mundial, al abrir nuevas vías desde China hasta Europa, llegando por rutas que crucen: Mongolia, Rusia, Pakistán, Bangladesh, India, Corea del Sur, Japón, Asia Central, Oriente Medio y el Norte de África. Lo que será enorme solución a sus problemas ancestrales de falta de conexión, permitiéndoles entrar en la conectividad global. Económica, diplomática y militarmente, China usará el proyecto para ejercer un liderazgo regional en Asia, así lo señaló Dr. Javier Navarrete, en el marco de la XVII Conferencia Mundial Anual “Convergencia Mundial, ATP-Acuerdo Transpacífico (Global Convergence, TPP-Transpacific Agreement)”, la cual se llevó a cabo el 26 de septiembre de 2016, en la Ciudad de México.

Con este magno proyecto, a través de la National Retail Systems (NRS), China lanza una respuesta al intento de Estados Unidos de Norteamérica de aislar a Pekín a través del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) y del Transatlántico (TIPP), cuyos destinos y operatividad práctica, aún son inciertos. “El plan de China es establecer complejas alianzas con países de tres continentes para reducir el tiempo de traslado de mercancías de 45 días a sólo 2 días. Esto es logística en su máxima expresión de efectividad, ya que al reducir tiempo de transportación, se reducen costos operativos. También se permitirá mayor eficiencia de las cargas manuales y costos de almacenaje, aminorando costos indirectos que impactan en el precio final de los bienes y los harán más competitivos”, así lo afirmó Navarrete.

Agregó que este proyecto no tiene nada de improvisación y si mucho de planeación. China está consciente de la globalización y para seguir manteniendo su presencia en el comercio de los mercados internacionales, así como de que su tasa de crecimiento (que anteriormente era de entre 9.5 a 10.5%), ahora ha bajado drásticamente al 7.6%.




El especialista en Ciencias Económicas y en Comercio Exterior, advirtió que existe un problema adyacente en este proyecto para China, ya que le será necesario contar con infraestructura de ciertas islas existentes o no (porque de ser necesario las construirán), lo que afecta a otros países como a Filipinas, Indonesia y países vecinos, en el corredor del mar de Filipinas, donde hay reclamos de soberanía de parte de China y de algunas islas en el mar del sur de dicho país. Aunado a que en un futuro próximo, E.U.A. va a seguir controlando las rutas marítimas que más utiliza China, por tanto, tienen que abrir otras por tierra y por mar (no hay que olvidar que 15 de los 20 puertos más importantes del mundo están hoy en dicho país asiático), para que les permitan garantizar el transporte de sus mercancías, ya que para algunos países, la vía aérea resulta prohibitiva. En este sentido, también se van a rehabilitar vías férreas para que trenes de alta velocidad puedan transportar sus productos a decenas de ciudades, con la mayor eficiencia concebida hasta ahora.

Navarrete enfatizó en que, a diferencia del TTP y del TTIP que no cuestan dinero, la NRS significa una enorme inversión en infraestructuras, de un billón de dólares para: vías férreas, carreteras, puertos etc., proveniente de inversión privada, pero la principal, será pública. De hecho, China ha creado un fondo específico para éste proyecto de 40 mil millones de dólares, además de contar con el apoyo del nuevo Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII).


“Se espera que para 2030 estén ya funcionando estas nuevas rutas, aunque no sea en forma plena. Los países interesados lo califican como ‘un bien público regional’, buscando un impulso de productividad que les evite quedar atrapados en la llamada ‘Trampa de Ingreso Medio’, como lo presentó el Centro de Desarrollo de la OCDE”, finalizó.

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